martes, 6 de julio de 2010

La Janukiya del Maestro de la verdad



La novela que Manuel Sánchez Bracho nos ha brindado es un regalo para los sentidos.
De la mano del autor viajamos a una Jerusalem convulsa y con un fuerte sentimiento nacionalista de tal manera que somos espectadores, pero a la vez partícipes, de todo cuanto sucede a los protagonistas de la novela, escrita con una tensión narrativa y un dominio de todo cuanto aconteció en aquel tiempo que Sánchez Bracho ha sabido dominar y dosificar a su antojo con una mesura y una precisión maestra que da la clave al éxito que está teniendo esta novela histórica.
Sánchez Bracho reescribe la historia de un Jesús más humano y creíble que no por ello ofende ni a judíos ni a Cristianos; sino que es comprensible por todos, empatizando rápidamente con él y su entorno. Un Jesús que hace de su nacionalismo una causa para el Mundo y por el Mundo y por ende nos hace participe del mensaje ya conocido por todos.
Mención aparte, y como anécdota cabe destacar el trabajo que el autor ha llevado a cabo para documentarse gastronómicamente para su obra, ya que en ningún momento repite los deliciosos platos que en ella se enumeran y que eran típicos de le época.
Creo sinceramente que este libro tiene una enjundia que va mucho más allá de la mera novela histórica y deriva al lector en una profunda reflexión espiritual marcada sin duda por el sabio dominio de la mezcla de culturas de la época que Manuel Sánchez Bracho ha reflejado en "La Janukiya del Maestro de la verdad".
Uno al leerla se disgusta porque tiene que dejarla para trabajar o dormir, pero al acabarla el disgusto es mayor... aunque entre el autor y yo ha quedado una pregunta cuya respuesta me ha supuesto una gran satisfacción.
Es una novela de la que sentirse orgulloso de haberla escrito y de haberla leído aún más.
Merece la pena ser leída y releída para no perder detalle alguno.

Más información

No hay comentarios:

Publicar un comentario